Instrucciones para viajar

 «No es un simple paseo, no es un safari fotográfico, es un recorrido de imágenes que amenaza constantemente con cambiarnos la vida»

CIEF

 

 Texto y Fotografía por Cam Villarruel

Cordillera de los Andes. Argentina-Chile
Primero lo primero. Hablemos de las cosas indispensables para siquiera barajar la posibilidad de emprender un viaje. Para ello, primordial es tener un pasaporte -también es deseable cargar licencia de conducir -aunque no posea auto- e incluso visa para ingresar a los países que la soliciten, aunque no esté en sus planes de hoy visitar esos países.
 
Aquí pasamos a otra cuestión fundamental para viajar, y es precisa esa palabra ya que implica que funda las bases del viaje a través -y solo a través de una clara actitud mental. La premisa primera será la certeza de que nada es cierto durante el viaje, que sólo el cambio permanece, es sólo tener conciencia de un momento por vez. Sí, nos podemos dar el lujo de tomarnos el tiempo para cada cosa, y jugar a inventar nuevos destinos, visualizarlos y caminar el trayecto hacia ellos.
 
Siguiente paso: el armado del equipaje. Mi consejo es que medite un tiempo acerca de ello. Un día ya tomadas las decisiones, arme todo. Es aconsejable también hacer una lista -o sucesivas listas. No creo que deba guiarse por opiniones externas sino más bien por su propio instinto. Siempre la primer foto es la que captó el instante de verdad. 
 
Dos formas de viajar.
 
En una usted desea conocer lugares. Pues bien, en ese caso yo le aconsejaría que viaje a ese lugar, y pase allí un día entero de la mañana hasta el anochecer, y camine todo el día a pie las calles del lugar. Tenga la certeza de que eso será suficiente -siempre y cuando sea observadxrx- para obtener una imagen -ni más ni menos- del destino escogido, una orientación de donde está parado, donde encontrar una panadería y de qué hacen sus habitantes a lo largo de un día entero -esto último no funciona tanto si visita el lugar un fin de semana o día feriado.
 
La segunda forma de viajar de la que usted podría gustar es la de conocer la forma de vivir de otras personas. En este otro caso, deberán abandonar su conciencia del tiempo y solo fundirse y dejarse llevar desplazadx por el espacio. Debe conocer el lugar un día de sol intenso, uno de llovizna y brisa, y otro de lluvias y chaparrones -ver casualmente un arcoiris en su completa circunferencia un atardecer sería demasiada fortuna, pero sucede si camino a paso lento. Debe percibir como cambia el movimiento del lugar un lunes por la mañana, un miércoles a la hora de la siesta, un viernes por la noche, un sábado con la luz mágica de los sábados por la mañana, un domingo al mediodía y un día feriado. Debe contemplar varios atardeceres desde distintos ángulos y con distintos lentes. Debe ir al almacén de la esquina tantas veces hasta lograr cierto grado de familiaridad con el almacenero. Si el lugar escogido está junto al mar, es deseable que se sumerja y vea que hay debajo, eso le ayudaría a verse a usted mismo, a la comunidad y al destino escogido en perspectiva respecto a su entorno. También deberá emborracharse una noche en el lugar, y hacer lo que hasta ahora no había hecho o dicho por exceso de pudor.
 
Si por las vueltas de la vida,  usted debiera alejarse de las personas de aquel lugar escogido, y volver a los ritmos y ruedos de la vida real, no se preocupe. Es en la distancia que podrá contrastar lo de antes y lo de ahora, seguir aprehendiendo el lugar en cada vez que un viaje interrumpe el viaje, alejándolx y acercándolx así a vuestrxs múltiples destinos mutantes.
 

 

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